Capítulo 1: al principio

A lo largo de nuestras existencias, a veces ocurre que la espiritualidad se convierta en objeto de conversación. Raros son estos momentos privilegiados en los que nos atrevemos a rozar la esencia inefable. Hablar de espiritualidad es un arte delicado donde cada palabra es un funambulista, deslizándose sobre el frágil hilo de la metáfora. En cuanto a mí, bailo con dificultad. No es que el ejercicio me desagrade, pero ¿sabemos cómo transmitir en una palabra, en una frase, ideas que abrazan lo infinito y lo absoluto?

Misión compleja la de vestir lo invisible con un verbo y animar el silencio, tanto más cuanto que comprendemos rápidamente que ninguno de nosotros habla el mismo idioma. Sin embargo, no renuncio a este diálogo, porque cada palabra pronunciada se convierte, para unos y para otros, en una piedra preciosa añadida a nuestro tesoro colectivo de sabidurías.

Por eso, he decidido escribir este libro. Lo hago con la esperanza de que, al plasmar en el papel mis construcciones filosóficas, encuentre un medio para clarificar mis conceptos. De esta manera, espero fluidificar las futuras discusiones y hacerlas más ricas y entusiastas.

Este libro no busca revolucionar el género ni introducir nada más que lo que considero como la realidad. Porque detrás de los fantasmas populares, comúnmente admitidos, la espiritualidad sigue siendo una realidad. Efectivamente existe algo más allá de la materia. Pero volveré más tarde sobre esta evidencia.

Este ensayo es ante todo una obra de vocación pedagógica, que busca expresar de manera simple conceptos que considero justos y concretos. Ordinariamente, en estos diálogos sobre la espiritualidad, debemos caminar entre montañas de elucubraciones de todo tipo. Unos hablan de tal o cual mito, otros de tal o cual ley. Estos sueños enterrados en el inconsciente colectivo se propagan gracias a las tradiciones o a lo que se denomina los Libros. No es sencillo hacer la criba entre lo concreto y la fabulación, y algunas de estas historias están tan arraigadas que no podemos ponerlas en cuestión. Sin embargo, comprendo que, para todos nosotros, renunciar a estas quimeras para abrazar la realidad sigue siendo arduo. En esta obra, me esforzaré por presentar de manera simple y accesible lo que es demostrable y comprensible para todos.

Dicho esto, sería presuntuoso pretender aportar ideas enteramente nuevas o revolucionarias. Casi todas las reflexiones que voy a desarrollar en las páginas que siguen ya han sido expresadas con talento e ingenio por innumerables escritores, pensadores y investigadores antes que yo.

Entonces, ¿cuál es el interés de continuar esta exploración? Pues se trata principalmente de proponer una nueva perspectiva, un atractivo resplandor que ilumine ciertos aspectos desconocidos o descuidados de estas ideas. Mi ambición es teñir estos temas familiares de un matiz original y distintivo, que invite a los lectores a redescubrirlos y apreciarlos bajo una nueva luz.

Además, estoy convencido de que la clarificación y la simplificación de las ideas complejas constituyen una contribución valiosa a la conversación filosófica y espiritual. Demasiadas historias y mitos nebulosos han creado un paisaje confuso y embrollado, que oscurece la visión y a veces conduce a acciones extremas, impregnadas del perfume de la escatología.

Mi esperanza es que, gracias a este enfoque de clarificación y puesta en luz, los lectores encuentren no solo nuevas ideas fascinantes y cautivadoras, sino también una base sólida para reflexionar, dialogar y profundizar en su propia comprensión del misterio de la conciencia y del universo que nos rodea.

No obstante, esta obra no busca cuestionar las tradiciones o las creencias, ni las historias, los mitos y las fábulas, aunque, para la comprensión de la realidad, los invita a abordar este enfrentamiento en un diálogo honesto y constructivo.

Lo quiero ante todo como un agradecimiento que comparto con ustedes. Porque la realidad hace bien, alivia, cura, clarifica las visiones, los procedimientos, las relaciones y el mundo.

Mi deseo más querido es que encuentren en estas líneas alivio y fuerza, pero también la alegría que habita en cada uno de nosotros y la paz. Que estas líneas los acompañen en su recorrido personal, ofreciéndoles un apoyo coherente. Y les ayuden a recuperar un equilibrio saludable entre el espíritu, el cuerpo y lo indecible.

Capítulo 2: La clave “infinita”

Para emprender este viaje y explorar la búsqueda de nuestra esencia, propongo reflexionar sobre lo que en nosotros es más íntimo y, a la vez, universalmente compartido. En el corazón de esta reflexión yace la idea del infinito, un concepto que, aunque solo es una parte de mi visión de la espiritualidad, constituye no obstante su fundamento. Este punto de partida sirve de piedra angular para todo mi pensamiento. Es la clave que une todo, y más adelante en esta obra explicaré con más detalle las razones que me llevan a esta conclusión.